¿Argentina afuera del mundial 2018?
Todos nos preguntamos qué le está pasando a la Selección. Una pregunta madre que le abre las puertas a mil preguntas, sin ninguna respuesta, salvo suposiciones. ¿Será que los problemas de la AFA hayan tenido que ver con el presente de esta Selección? ¿Será que los jugadores son los reponsables y no el técnico? ¿Será que hay muchos jugadores que ya pasaron por un proceso y deben dar un paso al costado para abrirle la posibilidad a los nuevos? El país exigía una renovación de todo el plantel y pedían la renuncia de Bauza, y la Selección escuchó a los ciudadanos amantes del fútbol argentino. Jugadores como Agüero, Higuaín, Di María, Lavezzi, Pastore, encabezado por Higuaín y Agüero, son los más repudiados por los hinchas cada vez que tocan la pelota. El cambio llegó de la mano de Sampaoli. Decidió pasar la escoba y limpiar nada más y nada menos que a los delanteros más odiados en el país, pero aclamados en Europa. La gente pedía a Mauro Icardi y Dybala para reemplazar a Higuaín y Agüero y Sampaoli escuchó nuevamente el pedido de los hinchas. Pero, ¿Fue la mejor solución? ¿Es realmente culpa de los delanteros el mal presente de la Selección Argentina? Lo cierto es que es una Selección que carece de identidad, de juego, de garra y esfuerzo, de corazón por los colores del país. Messi es el mejor del mundo, pero no significa que deban dejarlo solo y descifre en cuestión de segundos una jugada rodeado de cinco camisetas del equipo contrario que le intentan sacar la pelota.
Tenemos al mejor jugador del mundo y en vez de aprovecharlo, lo defraudamos. Todo país quiere al menos unos minutos con Messi de su lado,pero la suerte nos cayó a nosotros, a los argentinos que pensamos que por tenerlo ya tenemos la OBLIGACIÓN de salir campeones del mundo. Seguimos buscando mil nombres para encontrar el socio indicado de Messi, como si cayera del cielo alguien con los dotes y visión de Xavi o Iniesta. Tenemos que terminar con esta debacle de que cada vez que terminan los 90 minutos, ya pensamos en un once completamente distinto. Esta Selección (renovada) necesita conocerse, jugar partidos juntos, perder o ganar, pero ser siempre el mismo equipo. ¿De qué sirve cambiar constantemente a todos los jugadores y armar una lista de nombres que podrían ser el cambio ideal? Para que un equipo triunfe, debe conocerse y entenderse de memoria.
Podremos llegar a Rusia ganándole a Perú en la próxima fecha de las Eliminatorias o sufriendo en el Repechaje, pero...¿Ésta es la Selección que queremos? Defenestramos a esta camada de jugadores que llevan TRES finales perdidas consecutivamente, con lo difícil que es cargar con ese peso en la espalda, pero ellos siguen caminando, cabizbajos ante los insultos de mil millones de argentinos, pero siguen viniendo cada vez que son convocados a ponerle el pecho a las balas. Alemania, y dos veces Chile, fueron la espina clavada como un puñal en el corazón, pero no cualquiera llega a tres finales. El exitismo es cada vez más notorio en Argentina. El que sale campeón y levanta la copa, conoce la gloria, pero el que sale segundo, es denominado un fracasado, con todo el trabajo que hizo para llegar a esas instancias. El problema de nuestra Selección, somos nosotros, que creemos que somos los mejores del mundo, cuando podríamos pensar que somos parte del montón. Dejemos de desprestigiar jugadores y subestimar rivales y pensemos en una unión y apoyo a estos jugadores que tal vez, esta vez, triunfen en Rusia.
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